jueves, abril 30, 2015
Mujer/Espejo
Son las siete y cuarto
y tengo
los brazos marcados
por la desidia
por la abulia
por la impedancia
por la toxicidad
por la blasfemia
por el decoro
por la imprudencia
por el desgano
por la flatulencia
por el esperpento
por el despiste
por la ignominia
por la metástasis
por la metamorfósis
Son las ocho y veinte
y tengo
las piernas rasgadas
por el "qué mirás"
por el "no me toques"
por el "andate de esta casa y no vuelvas más"
por el "a mi no me digas lo que tengo que hacer"
por el "son todas iguales"
por el "a mí no me levantés la mano"
Son las nueve y treinta
y tengo
la cadera rota
por el carbunclo
por la gangrena
por la psoriasis
por la psicosis
por la comezón
por el semblante
por el pastrani
por el despilfarro
por el merequetengue
por el sucundundum...
Por mirarme y mirarme
en el espejo
y encontrar detonaciones
en mi cráneo bífido
y arrojar al océano
bestias de piel sensible a la sal del mar,
a los rayos del sol,
a la mirada de los náufragos
que se embisten entre sí
con los pantalones bajos
Por sentarme
cada mañana a deteriorarme
al sol
con la esperanza de sentir amor
o piedad o vergüenza
por las mujeres espectrales
que caminan
por la casa
descalzas
desnudas como gotas de rocío
o brutales
como las mandíbulas
de la mariposa
que es el tiempo
royéndonos
por dentro
por fuera
por instantes
por períodos
en que mastica nuestra carne
sin esfuerzo
Yo soy esa mujer siniestra
que fue devorándose
a las otras
que vivían
dentro de mí
la que cantaba
la que amaba
la que bebía
la que desollaba
el cuerpo frágil
de la virginidad
para usar su piel
como tapado
Yo estoy agazapada
en los sillones
en los rincones
en las estaciones
en las arcadas
en la balaustradas
acechando
a todas ellas
Las que están dentro de mí
y todavía
no han muerto.
Publicadas por Sadder a la/s 7:51 p.m.